PANAMA CITY – El presidente panameño José Raúl Mulino dijo el jueves que espera resolver con “racionalidad” y “respeto” el momento delicado que atraviesa la relación con Estados Unidos tras las amenazas del mandatario Donald Trump de reclamar la devolución del canal, algo que recalcó será “imposible de negociar”.
“Eso está sellado. El canal es de Panamá”, reiteró Mulino, quien a su vez rechazó alguna interferencia de China a través de puertos y mega obras en manos de empresas de ese país asiático en torno a la vía marítima comercial.
Recommended Videos
“Hay muchos puntos que nos unen y estamos más que dispuestos a conversar con respeto”, destacó el gobernante en su conferencia de prensa semanal, a dos días del arribo del secretario de Estado estadounidense Marco Rubio a Ciudad de Panamá, la primera parada de su primera gira a Centroamérica y República Dominicana.
“Lo único que deseo es quitar mucha basura del camino, limpiar la mesa y poder conversar con Estados Unidos y con mucha franqueza” sobre migración irregular, seguridad y lucha contra el narcotráfico, en los que —destacó— su país requiere seguir contando con la ayuda de Estados Unidos. Éste “pudiera ser un tema. Lo que nos cuesta atender un problema (migración por el Darién) que no es nuestro. Es de ellos”.
La llegada de Rubio a Panamá ha generado una fuerte expectativa sobre lo que vaya a tratar o pedir al gobernante panameño después de las amenazas de Trump desde mucho antes de asumir el 20 de enero de intentar retomar el manejo del canal con el argumento de que se les cobra tarifas exorbitantes a los buques de su país y que los soldados de China son los que manejan la vía, algo que ha refutado insistentemente Panamá.
En el ojo de los cuestionamientos y preocupaciones de seguridad de la nueva administración estadounidense están la operación por parte de un consorcio chino de los dos puertos terminales en las entradas del Atlántico y Pacífico y la construcción del cuarto puente sobre la vía acuática, también a cargo de una filial china.
“No tienen injerencia en la administración del canal, ninguna”, dijo Mulino, agregando que realizan actividades auxiliares que sirven a los propósitos de la navegación comercial.
Al ser preguntado sobre si aceptaría impulsar algún cambio respecto a la operación de esos dos puertos, Mulino respondió que ese tema “no está sobre la mesa. Una es una concesión (los puertos), la otra es un contrato”, éste último en referencia a la construcción en desarrollo del cuarto puente sobre el canal por un costo de más de 1.300 millones de dólares.
Panamá concedió en 1997 la operación y desarrollo de los puertos de Balboa (Pacífico) y Cristóbal (Atlántico) a una filial del consorcio Hutchison Whampoa Limited, con sede en Hong Kong, la cual renovó por 25 años más el entonces gobierno del presidente Laurentino Cortizo en 2021.
Mulino mencionó que en el caso de los puertos su gobierno ordenó recientemente una auditoría, que calificó como “inédita”, para conocer si el consorcio chino está pagando lo debido al Estado panameño por su uso.
“Vamos a esperar la auditoría. Tampoco es un país de quitar o poner las leyes. Ese no es el clima que queremos proyectar”, señaló Mulino, que llamó a Estados Unidos a invertir más en el país. “Panamá está para respetar el Estado de Derecho, guste o no a alguno”.
En una reciente entrevista con The Associated Press, el administrador del canal, Ricaurte Vásquez, destacó que consorcios de Estados Unidos, Taiwán y Singapur también operan terminales portuarias adyacentes al canal. “Están ubicados en las riberas del canal y hay operaciones que nosotros mantenemos en conjunto, pero se rigen por las reglas de procedimiento del Canal de Panamá”.
Mulino, un líder pro estadounidense que asumió su quinquenio el 1 de julio, trató también de deslindar responsabilidad a su administración respecto de la tensión que ha generado la creciente presencia de China en Panamá. Refirió que fue el entonces mandatario Juan Carlos Varela quien rompió las relaciones con Taiwán para abrirlas con Beijing a mediados de 2017 a pesar de las implicaciones que ello tendría con un socio clave como Estados Unidos con el que Panamá, destacó Mulino, tiene relaciones “privilegiadas” históricas, con “altas y bajas”. Dijo que Varela (2014-2019) no fue transparente al asumir ese paso diplomático.
El gobierno de Mulino ha ensalzado estos días el hecho de que la migración irregular hacia Estados Unidos que pasa por la jungla del Darién —en la frontera con Colombia— se redujo el año pasado casi un 40% respecto a los más de medio millón que cruzaron en 2023 y que en lo que va de enero ese flujo había caído un 93%.
También destacó los más de 50 vuelos de deportación de migrantes que ha realizado Panamá desde agosto gracias a una colaboración con el pasado gobierno del presidente demócrata Joe Biden. Mencionó que el lunes, día en que Rubio saldrá de Panamá, se realizará otro vuelo de repatriación.