ROMA – El papa Francisco presenta una ligera mejoría luego de un mes de tratamiento para combatir un cuadro de neumonía doble, informó el Vaticano el lunes, al tiempo que proporcionó algunos detalles sobre la primera foto del papa desde su hospitalización.
El pontífice de 88 años ahora puede pasar parte del día sin recibir un alto flujo de oxígeno y utilizar únicamente oxígeno suplementario ordinario a través de un tubo nasal, indicó la oficina de prensa de la Santa Sede. Los médicos también intentan reducir el uso de una mascarilla de ventilación mecánica no invasiva por las noches, para obligar a sus pulmones a trabajar más.
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Si bien estos son “ligeros avances”, el Vaticano aún no da detalles sobre cuándo se podría dar de alta a Francisco del hospital Gemelli, así como tampoco ha confirmado cuál será su próximo evento. El cronograma papal incluye una visita del rey Carlos III programada con antelación, y las celebraciones de la Semana Santa en abril.
Por ejemplo, cuando trasladan a Francisco en silla de ruedas desde su habitación hacia una capilla privada del hospital, el pontífice no necesita estar conectado al oxígeno, dijo la oficina de prensa. Fue en ese momento que Francisco fue fotografiado el domingo, una imagen captada desde la parte posterior en la que se ve a Francisco en su silla de ruedas frente al altar en oración, sin indicios de tubos nasales.
La foto, en la que se puede ver a Francisco vistiendo una estola morada de Cuaresma, marcó la primera imagen del papa desde que fue admitido en Gemelli el 14 de febrero con una compleja infección pulmonar que se convirtió en una neumonía doble. Posteriormente, el 6 de marzo, el pontífice grabó un audio con voz suave en el que agradeció a sus feligreses por sus oraciones.
Estos eventos en conjunto, dejan entrever que Francisco controla la manera en que el público sigue su estado de salud para evitar que se convierta en un espectáculo. Aunque muchas personas al interior del Vaticano han destacado la larga y pública batalla de san Juan Pablo II contra el mal de Parkinson y otros padecimientos como una humilde muestra de su disposición para dejar al descubierto sus debilidades, otros criticaron el despliegue como excesivo y ostentoso.
Los médicos de Francisco informaron a la prensa el 21 de febrero que el papa les autorizó a explicar claramente la gravedad de su situación, y sus boletines médicos regulares dejan entrever que Francisco se siente cómodo con que esta información sea de dominio público.
La oficina de prensa del Vaticano indicó que Francisco aprobó la publicación de la foto, pero el hecho de que su rostro estuviera oculto sugiere un cierto arreglo en términos del impacto visual de su enfermedad.
Francisco no quiere ocultar su enfermedad ni el momento difícil que atraviesa, pero “tampoco lo está dramatizando”, señaló el corresponsal del Vaticano de La Repubblica, Iacopo Scaramuzzi.
La imagen ciertamente tranquilizó a algunas personas que acudieron al Gemelli el lunes para rezar por Francisco.
“Después de un mes de hospitalización, finalmente una foto que puede decirnos que sus condiciones de salud son mejores”, manifestó el reverendo Enrico Antonio, un sacerdote de Pescara.
En el Vaticano, la hermana Mary, una monja de Kenia, dijo que pensaba que “se ve genial”.
“La situación era muy crítica. Pero ahora al ver la foto, me hace sonreír. Me hace sentir mejor”, comentó. “Me hace sentir incluso más segura de que la Iglesia sigue adelante, que nuestro papa puede volver con nosotros”.
Pero Benedetta Flagiello, de Nápoles, quien estaba visitando a su hermana que es paciente en Gemelli, se preguntó si la foto era siquiera real.
“Porque si el papa puede sentarse un momento sin una máscara, sin nada, ¿por qué no se asomó a la ventana en el 10mo piso para ser visto por todos?”, preguntó. “Si recuerdas a nuestro antiguo papa (Juan Pablo II), él no podía hablar, pero se mostraba.”
Las primeras tres semanas de hospitalización de Francisco se vieron marcadas por una montaña rusa de contratiempos, incluidas crisis respiratorias, un leve fallo renal y un severo ataque de tos en el que inhaló vómito. Durante la última semana, su condición se ha estabilizado y los médicos dijeron que ya no estaba en peligro inminente de muerte. Con mejoras graduales, el Vaticano ha suspendido las actualizaciones matutinas y emite boletines médicos con menos frecuencia. Se tiene previsto que el próximo no sea antes del miércoles.
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Paolo Santalucia y Silvia Stellacci contribuyeron a este despacho.