Indígenas ecuatorianos agradecen la cosecha con una fiesta en la que bailan y zapatean por horas

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Indgenas bailan durante el tradicional Inti Raymi o Fiesta del Sol, coincidiendo con el solsticio de invierno en Cotacachi, Ecuador, el martes 24 de junio de 2025. (Foto AP/Dolores Ochoa)

QUITO – Una vez que la Madre Tierra ha entregado sus frutos y el sol se ubica en lo más alto del horizonte, los indígenas de la región andina del norte de Ecuador celebran durante una semana la fiesta de la cosecha con un potente zapateo que puede durar hasta 18 horas, comida y chicha, un licor a base de fermento de maíz.

La celebración que se realiza cada junio es conocida como Hatun Punlla en el pueblo de Cotacachi, 70 kilómetros al norte de la capital ecuatoriana, a cuya plaza central llegan miles de nativos de diferentes comunidades tras bajar de las colinas.

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La tierra tiembla a su paso y la alegría se vuelve contagiosa. El espíritu festivo domina a los indígenas y a los turistas que se congregan a un costado de las calles para verlos pasar.

“Bailamos en círculos para representar los ciclos de la cosecha, de la vida, al sol", explicó a The Associated Press Jesús Bonilla, un dirigente indígena de la zona y bailarín de esta celebración. “El zapateo es para despertar a la Madre Tierra para el nuevo ciclo agrario”, agregó.

Un elemento central del Hatun Punlla —que significa “el día más grande”— es la toma de la plaza central de Cotacachi como “un acto de resistencia y recuperación de las tierras que nos fueron arrebatadas”, dijo Bonilla.

Un mes antes de la celebración pequeños grupos visitan cada casa de las comunidades al contagioso ritmo del “Sanjuanito”, una tonada típica andina, para despertar el espíritu festivo y organizar a las cuadrillas de baile.

La noche anterior al Hatun Punlla los danzantes acuden a las vertientes, lagunas o ríos de la zona para purificar el cuerpo y el espíritu mediante un baño ritual.

Cada grupo de danzantes va acompañado por músicos que tocan la flauta, el pingullo, la armónica y los churos —conchas marinas— que marcan el ritmo y generan una especie de trance colectivo que les permite mantenerse bailando durante muchas horas con el apoyo de la chicha para reponer fuerzas.

Cotacachi es un colorido pueblo turístico conocido por su variada oferta de artículos de cuero que artesanos elaboran y comercializan. Está ubicado en las faldas del volcán del mismo nombre, de casi 5.000 metros de altura.


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